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Cuando se trata de clasificar a los principales conjuntos de música criolla, por su estilo, sus cualidades o el tipo de música que mejor los caracterizaba, no se encuentran mayores problemas.
Los Embajadores Criollos, principalmente por la extraordinaria y peculiar voz de Rómulo Varillas, se caracterizaban por sus temas e interpretaciones apasionadas. Al cantar con ellos, uno parecía compartir su sufrimiento. Su especialidad eran los valses.
Fiesta Criolla se caracterizaba por su alegría y por supuesto, por los grandes solos de guitarra de Oscar Avilés. Esta alegría era creada, personalmente por el gran Humberto Cervantes pero también por el criollísimo acompañamiento de cajón y castañuelas. Su especialidad eran valses, polkas y marineras norteñas. Estas últimas seguramente, por la influencia de su cantante principal, Francisco Jimenez.
Los Morochucos cambiaron, para bien o para mal, el estilo de la música criolla. Lo jaranero y popular se vistió de terno, pasó de la calle y el callejón a los salones refinados de café. El vals criollo se bolerizó, pero se hizo al mismo tiempo más exportable. Sus estilizadas interpretaciones influyeron en «domesticar» la hasta entonces popular jarana. Ellos fueron el antípodo de Fiesta Criolla.
Los Troveros Criollos son difíciles de categorizar. Interpretaron con la misma calidad valses, polkas, marineras limeñas, norteñas y tonderos. Adicionalmente y a diferencia de los grupos anteriormente mencionados, Los Troveros Criollos tuvieron 3 grandes cantantes que podían armonizar perfectamente los temas más románticos, así como cantar con gran energía, alegría y criollismo los temas más jaraneros.
Su repertorio incluía temas nacionalistas (2 Colores, Los Submarinistas), muy jaraneros (Corto Circuito, Ingrata Palomita), románticos (Rosa Té y el hermosísimo Hoy que me encuentro lejos), pero igualmente incluía temas muy controvertidos como el Canto (social y rebelde) de Luis Pardo, marineras de protesta (Zamba zambita), referencias a gays (Paquete de Té) y el amor libre (Amor y Libertad) y el muy irónico y hermoso Romance en San Cosme.
Adicionalmente ellos fueron uno de los primeros conjuntos en rendir homenaje (en vida!) a nuestra gran compositora Chabuca Granda, la cual los mencióno como uno de sus intérpretes favoritos.
Considerando que en la actualidad los intérpretes graban y regraban permanentemente las mismas 100 canciones que ya sabemos todos de memoria, el repertorio de Los Troveros Criollos constituye un complemento imprescindible en la historia de nuestra música criolla. Sobretodo para las nuevas generaciones, ansiosas de conocer nuestra historia y nuestra cultura.
El que escuche y sepa apreciar cada una de las interpretaciones de Los Troveros Criollos, comprenderá el porqué este trio es considerado hasta la fecha como el más completo de nuestra música. Sólo gracias a la tecnología moderna y el internet, es posible hoy por fín luego de 50 años, dar a conocer estas glorias del criollismo a todos los peruanos.
Los Troveros Criollos 